Ella no despegó la vista del horizonte mientras él se iba.
Aguardó largos días ahí, esperando que volviera. Esperó mucho tiempo, hasta que por fin reaccionó. Dio la espalda al horizonte y con paso firme se alejó sin rumbo fijo. Tras de si lo dejaba, y a lo que representaba.
Ahí enterraba parte de ella y se aventuraba a una nueva etapa. Ahí dejaba sus sueños y esperanzas. Ahí abandonaba a la ingenua y abnegada. Ahí empezaba su nueva hazaña y con el ocaso se adentraba a lo que nadie buscaba. Pero ella ya no podía perder nada.
observando.net (2011)
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